El DIY surge como una filosofía. Una idea que rechaza tener que comprarlo todo y sustituirlo por el trabajo que podemos hacer por nuestros propios medios.

En España no podemos decir que el DIY haya llegado de fuera, realmente forma parte de la cultura popular (Preguntad a vuestros abuelos cuantas cosas hacían por sí mismos). Pero hay que reconocer que con los años nos hemos rendido al progreso y la mayoría de nosotros somos unos consumidores empedernidos. Nos olvidamos en cierta medida de la cultura DIY, era más fácil comprar que producir. Pero llegó la crisis. (Y hago un paréntesis para pensar . . .) Cuando nos enfrentamos a la falta de recursos el “Hazlo tú mismo” cobra más importancia que nunca. El “Hazlo tú mismo” para ahorrar, la artesanía como salida profesional, como forma de exprimir al máximo los recursos, reciclar y reutilizar.

DIY evoluciona como “sinónimo” de tutoriales, la sencilla idea de explicar paso a paso cómo elaborar diferentes creaciones por uno mismo. 

El craft (Artesanía) se ha especializado en lo que conocemos como manualidades y los que nos movemos en este mundillo observamos cómo esta cultura está absorbiendo el término DIY.

La realidad se encuentra mucho más lejos. El DIY también es Maker, otra corriente que responde a la misma filosofía pero que adquiere un nombre propio. El maker va más allá de la artesanía, nos acerca al mundo tecnológico hecho por uno mismo. Plantea retos domésticos que traspasan el uso de tijeras y pegamento. 

En resumen el DIY es extrapolable a cualquier ámbito de la vida cotidiana. En parte propiciado por la crisis, por el auge de la responsabilidad medio ambiental y por boom de Internet, el DIY es tendencia y ha llegado para quedarse.

Son casi inumerables los blogs y bloggers que surgen afirmando seguir la cultura DIY. En cierto modo no les falta razón, la definición como tal la respetan pero… no nos confundamos, ¿DIY es artesanía? ¿DIY son manualidades? La respuesta es NO.

El DIY promueve la realización de cosas por uno mismo o de manera que se ahorre dinero. Puede extrapolarse por lo tanto a cualquier ámbito de la vida cotidiana, entre ellas la artesanía y las manualidades, pero también a la realización de tareas, reparaciones, fabricación casera de ropa, instrumentos musicales… extendiéndose a cualquier capa creativa que podamos imaginar.

Estoy enamorada de esta toalla. 

¡Y lo mejor es que es super fácil de hacer, si clickeas en la imagen lo verás!

Un DIY super inútil pero que me ha hecho gracia. 

¡Este hay que probarlo sí o sí!

Esta me parece una idea muy chula con la que experimentar, no solo para estampar tela sino también para hacer algún dibujo, decorar una libreta...

¡No me digáis que no son monos!

Simplemente cortando unos pantalones largos.

Y acabamos con una forma original y muy fácil de decorar nuestra bolsa de piscina. Me recuerda un poco al estilo desigual. ¿A vosotras no?